Campaña de la llamada del Cthulhu - Dramatis Personae
Os presento a los personajes que estamos participando en la campaña de la llamada del cthulhu:
FORREST DIAZ
Mi nombre es Forrest Díaz. Hay quién dice que soy como eli tipo aquel que se hizo millonario pescando gambas… nada más lejos de la realidad. No soy millonario y, además, soy alérgico a las gambas; sí señor, ese soy yo. Aunque, a decir verdad, hay algo en lo que el famoso Forrest Gump y un servidor nos parecemos: mis capacidades intelectuales no son todo lo brillantes que me hubiese gustado. De hecho tuve que invertir varios años más que mis compañeros de Universidad para licenciarme en Filología Inglesa. En fin, nadie es perfecto.
Nací en New York, en el seno de una familia de origen Español. Mis bisabuelos nacieron y vivieron en Toledo, si bien, mis abuelos y mis padres emigraron a los Estados Unidos. Mis padres fallecieron en la travesía por una extraña enfermedad que debieron contraer en el mismo viaje, contagiados tal vez por algún pasajero. Yo tenía entonces 2 años, por lo que apenas si recuerdo algo de ellos. De toda mi familia solo vive una anciana tía-abuela que reside en Toledo. Según me contaban mis abuelos, ya fallecidos también, Toledo, allá por el siglo XIII, fue una ciudad ejemplo de tolerancia y convivencia entre personas de cultura y religión distinta; algo parecido a la abigarrada y cosmopolita New York de hoy día, en la que cientos de personas de origen y nacionalidad diversa, desembarcan diariamente llegados del otro lado del Océano. Dicen que esta es la tierra de las oportunidades y ha de ser así por la cantidad de hombres y mujeres que dejan su hogar y su patria para empezar una nueva vida aquí; si bien, no estoy muy seguro de que New York encarne realmente esa oportunidad que toda persona ansía. Yo, al menos, no he conseguido más que dos empleos tras licenciarme hace dos años y, ciertamente, no han sido de la categoría que yo esperaba.
Ahora vivo en Arkham y trabajo para el Arkhan Advertised, un diario modesto de tirada local. El sueldo no es gran cosa, pero es un trabajo que me aporta seguridad, y para un tipo como yo, sin grandes pretensiones, es el trabajo ideal. Pronto vendrá Peggy Sue, mi novia, a vivir conmigo, y aquí nos casaremos. Es verdad que ya soy un poco mayor para el matrimonio, nada menos que 32 años en comparación con los inocentes 22 de Sue, pero como dicen allá en la tierra de mis antepasados, ‘más vale tarde que nunca’. Tendremos montones de hijos y cenaremos al atardecer, en el porche de la bonita casa que compremos, el pastel de carne que Peggy Sue haya preparado ¿Verdad que es magnífico?
El día a día en Arkham es bastante monótono. Vivo en la Pensión de la viuda Lindon. Todavía no tengo amigos, a excepción de Henry el camarero de la Casa de Comidas Parker que hay enfrente del Periódico, con el que he entablado una cierta relación de, llamémosle, sencilla amistad. Las noches se me hacen eternas sin poder conciliar el sueño. Es extraño que haya venido a asegurarme el futuro a Arkham y, desde mi llegada, note cierta opresión en el pecho, algo así como una ansiedad que no me deja dormir ni descansar. No quiero darle importancia. De hecho no he acudido aún al médico. Pero, no sé, es una sensación muy desasosegante. Algo así, como si un misterio insondable estuviera a punto de revelárseme
KELVIN
Kelvin fue un visionario. Sus años en la universidad le aportaron una buena reputación, una mujer adorable y unos conocimientos en bioquímica excelentes. Siempre fue atento con la gente, comprensible con la familia y querido entre amigos. Kelvin fue así.
La Gran Guerra le abrió aquella puerta que jamas tendría que haber cruzado. Su participación en la Batalla del Somme como enfermero, aunque exitosa, le provocó una gran preocupación por lo valiosa y corta que es la vida humana. Vuelta a la universidad, se doctoró en química celular y tuvo una hija. Su tesis debate la posibilidad de fortalecer la lógica alimenticia de las células animales, optimizando gastos estúpidos. Sus estudios le alejaron de la sociedad, pero logró una mayor complicidad con su mujer, que era cirujana. Ese fue su gran error.
Buscando nuevos componentes químicos, Kelvin planteó un viaje de aventura, conocimiento y compenetración a su mujer. El destino escogido, las selvas esmeraldas del Congo Belga. Sus relaciones con las tribus del lugar le permitieron el descubrimiento de nuevas formulas químicas, la redacción de nuevos tratados de química celular y la total admiración de su mujer. Kelvin no lograba encontrar las bases propuestas por su tesis doctoral y fijó como nuevo objetivo probar con seres humanos. Entre otras personas, su mujer fue la ultima de una larga lista.
Sus hipótesis se cumplieron. Lógro descubrir una nueva linea de investigación hacia una célula optimizada, a cambio de la vida de su mujer. Aturdido, alcohólico y deprimido, Kelvin decidió volver a la universidad para poder zanjar de una vez por todas sus estudios.
Pasados unos meses encerrado en su laboratorio, Kelvin eligió mal. Una vida simple y cotidiana con su hija le habría aportado paz. En cambio, enfocó de nuevo sus estudios en seres humanos. Su objetivo debía ser alcanzado cueste lo que cueste. La sombra de su pasado puede recaer tarde o temprano en su hija, Karla.
Sólo Kelvin sabe si su objetivo es lograr una larga vida a los seres humanos o querer esquivar la desdicha de su propia muerte.
VINCE LESCOTT (Yo )
Después de la muerte de su madre y su hermano pequeño en un accidente de tráfico cerca de Galveztown en Florida, se mudó junto a su padre a Boston, donde ejercio de profesor hasta que consiguió la cátedra en la universidad de Miskatonic en Arkham. Gracias a esto, Vince consiguió un puesto de profesor a pesar de su expediente académico. Harto de vivir junto a su padre y buscando la independencia se mudó a un apartamento junto a sus mascotas, esperando a ver si la suerte le permite conocer a alguna chica que no sólo se fije en su poco atractivo aspecto...
JIMMY O’HARA
Es un detective de Arkham de ascendencia irlandesa. Su 1,85 de altura, sus muchas, muchas libras de peso y su poblado bigote pelirrojo hacen de él un hombre peculiar. Creció en las duras calles del barrio irlandés, trapicheando y robando junto a sus amigos para conseguir unos dólares extra para sus familias. Creyendo que la policía no se preocupaba por su gente Jimmy decidió cambiar las cosas e ingresar en el cuerpo. Como patrullero siempre sabía cuando debía actuar y cuando mirar hacia otro lado, especialmente con sus antiguos compañeros, que siempre le “compensaban”. Con el tiempo Jimmy ascendió a detective de la policía y sus compañeros ingresaron en la mafia irlandesa. Su contacto con ellos le ha permitido resolver algún crimen especialmente grave y él les ha ayudado a su vez en numerosas ocasiones pasándoles información o borrando pruebas. Sus “compensaciones” las ha dilapidado en el juego, las putas o el alcohol. Para Jimmy las leyes cambian de la noche a la mañana y la gente solo quiere vivir sin preocupaciones. A pesar de todo es bueno en su trabajo y le gusta resolver sus casos, aunque tenga que hacer cosas “ilegales” para ello…
FORREST DIAZ
Mi nombre es Forrest Díaz. Hay quién dice que soy como eli tipo aquel que se hizo millonario pescando gambas… nada más lejos de la realidad. No soy millonario y, además, soy alérgico a las gambas; sí señor, ese soy yo. Aunque, a decir verdad, hay algo en lo que el famoso Forrest Gump y un servidor nos parecemos: mis capacidades intelectuales no son todo lo brillantes que me hubiese gustado. De hecho tuve que invertir varios años más que mis compañeros de Universidad para licenciarme en Filología Inglesa. En fin, nadie es perfecto.
Nací en New York, en el seno de una familia de origen Español. Mis bisabuelos nacieron y vivieron en Toledo, si bien, mis abuelos y mis padres emigraron a los Estados Unidos. Mis padres fallecieron en la travesía por una extraña enfermedad que debieron contraer en el mismo viaje, contagiados tal vez por algún pasajero. Yo tenía entonces 2 años, por lo que apenas si recuerdo algo de ellos. De toda mi familia solo vive una anciana tía-abuela que reside en Toledo. Según me contaban mis abuelos, ya fallecidos también, Toledo, allá por el siglo XIII, fue una ciudad ejemplo de tolerancia y convivencia entre personas de cultura y religión distinta; algo parecido a la abigarrada y cosmopolita New York de hoy día, en la que cientos de personas de origen y nacionalidad diversa, desembarcan diariamente llegados del otro lado del Océano. Dicen que esta es la tierra de las oportunidades y ha de ser así por la cantidad de hombres y mujeres que dejan su hogar y su patria para empezar una nueva vida aquí; si bien, no estoy muy seguro de que New York encarne realmente esa oportunidad que toda persona ansía. Yo, al menos, no he conseguido más que dos empleos tras licenciarme hace dos años y, ciertamente, no han sido de la categoría que yo esperaba.
Ahora vivo en Arkham y trabajo para el Arkhan Advertised, un diario modesto de tirada local. El sueldo no es gran cosa, pero es un trabajo que me aporta seguridad, y para un tipo como yo, sin grandes pretensiones, es el trabajo ideal. Pronto vendrá Peggy Sue, mi novia, a vivir conmigo, y aquí nos casaremos. Es verdad que ya soy un poco mayor para el matrimonio, nada menos que 32 años en comparación con los inocentes 22 de Sue, pero como dicen allá en la tierra de mis antepasados, ‘más vale tarde que nunca’. Tendremos montones de hijos y cenaremos al atardecer, en el porche de la bonita casa que compremos, el pastel de carne que Peggy Sue haya preparado ¿Verdad que es magnífico?
El día a día en Arkham es bastante monótono. Vivo en la Pensión de la viuda Lindon. Todavía no tengo amigos, a excepción de Henry el camarero de la Casa de Comidas Parker que hay enfrente del Periódico, con el que he entablado una cierta relación de, llamémosle, sencilla amistad. Las noches se me hacen eternas sin poder conciliar el sueño. Es extraño que haya venido a asegurarme el futuro a Arkham y, desde mi llegada, note cierta opresión en el pecho, algo así como una ansiedad que no me deja dormir ni descansar. No quiero darle importancia. De hecho no he acudido aún al médico. Pero, no sé, es una sensación muy desasosegante. Algo así, como si un misterio insondable estuviera a punto de revelárseme
KELVIN
Kelvin fue un visionario. Sus años en la universidad le aportaron una buena reputación, una mujer adorable y unos conocimientos en bioquímica excelentes. Siempre fue atento con la gente, comprensible con la familia y querido entre amigos. Kelvin fue así.
La Gran Guerra le abrió aquella puerta que jamas tendría que haber cruzado. Su participación en la Batalla del Somme como enfermero, aunque exitosa, le provocó una gran preocupación por lo valiosa y corta que es la vida humana. Vuelta a la universidad, se doctoró en química celular y tuvo una hija. Su tesis debate la posibilidad de fortalecer la lógica alimenticia de las células animales, optimizando gastos estúpidos. Sus estudios le alejaron de la sociedad, pero logró una mayor complicidad con su mujer, que era cirujana. Ese fue su gran error.
Buscando nuevos componentes químicos, Kelvin planteó un viaje de aventura, conocimiento y compenetración a su mujer. El destino escogido, las selvas esmeraldas del Congo Belga. Sus relaciones con las tribus del lugar le permitieron el descubrimiento de nuevas formulas químicas, la redacción de nuevos tratados de química celular y la total admiración de su mujer. Kelvin no lograba encontrar las bases propuestas por su tesis doctoral y fijó como nuevo objetivo probar con seres humanos. Entre otras personas, su mujer fue la ultima de una larga lista.
Sus hipótesis se cumplieron. Lógro descubrir una nueva linea de investigación hacia una célula optimizada, a cambio de la vida de su mujer. Aturdido, alcohólico y deprimido, Kelvin decidió volver a la universidad para poder zanjar de una vez por todas sus estudios.
Pasados unos meses encerrado en su laboratorio, Kelvin eligió mal. Una vida simple y cotidiana con su hija le habría aportado paz. En cambio, enfocó de nuevo sus estudios en seres humanos. Su objetivo debía ser alcanzado cueste lo que cueste. La sombra de su pasado puede recaer tarde o temprano en su hija, Karla.
Sólo Kelvin sabe si su objetivo es lograr una larga vida a los seres humanos o querer esquivar la desdicha de su propia muerte.
VINCE LESCOTT (Yo )
Después de la muerte de su madre y su hermano pequeño en un accidente de tráfico cerca de Galveztown en Florida, se mudó junto a su padre a Boston, donde ejercio de profesor hasta que consiguió la cátedra en la universidad de Miskatonic en Arkham. Gracias a esto, Vince consiguió un puesto de profesor a pesar de su expediente académico. Harto de vivir junto a su padre y buscando la independencia se mudó a un apartamento junto a sus mascotas, esperando a ver si la suerte le permite conocer a alguna chica que no sólo se fije en su poco atractivo aspecto...
JIMMY O’HARA
Es un detective de Arkham de ascendencia irlandesa. Su 1,85 de altura, sus muchas, muchas libras de peso y su poblado bigote pelirrojo hacen de él un hombre peculiar. Creció en las duras calles del barrio irlandés, trapicheando y robando junto a sus amigos para conseguir unos dólares extra para sus familias. Creyendo que la policía no se preocupaba por su gente Jimmy decidió cambiar las cosas e ingresar en el cuerpo. Como patrullero siempre sabía cuando debía actuar y cuando mirar hacia otro lado, especialmente con sus antiguos compañeros, que siempre le “compensaban”. Con el tiempo Jimmy ascendió a detective de la policía y sus compañeros ingresaron en la mafia irlandesa. Su contacto con ellos le ha permitido resolver algún crimen especialmente grave y él les ha ayudado a su vez en numerosas ocasiones pasándoles información o borrando pruebas. Sus “compensaciones” las ha dilapidado en el juego, las putas o el alcohol. Para Jimmy las leyes cambian de la noche a la mañana y la gente solo quiere vivir sin preocupaciones. A pesar de todo es bueno en su trabajo y le gusta resolver sus casos, aunque tenga que hacer cosas “ilegales” para ello…
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